Ecuador enfrenta múltiples desafíos económicos y sociales, según datos recientes. En mayo, la recaudación del IVA disminuyó un 7.7% interanual, evidenciando una caída en el consumo interno y afectando los ingresos del Estado. Este descenso refleja una preocupante tendencia económica que puede limitar la capacidad del gobierno para financiar servicios esenciales y proyectos de infraestructura. Además de los desafíos económicos, el país sufre una grave crisis de seguridad. Los crecientes índices de violencia y criminalidad han generado inestabilidad, afectando tanto a la población como al clima de inversión. Empresas y ciudadanos se enfrentan a un entorno cada vez más incierto, lo que complica la recuperación económica y el desarrollo sostenible a largo plazo. Por si fuera poco, Ecuador también lidia con frecuentes cortes de electricidad, que afectan tanto la producción como la vida cotidiana. Este problema, sumado al incremento del gasto público, genera preocupación sobre la sostenibilidad financiera del país. Frente a estos retos, el gobierno y la sociedad deben buscar soluciones integrales para fomentar la estabilidad y el crecimiento en el futuro próximo.